diumenge, 24 de desembre del 2023

Una Navidad diferente


La madre, en un ataque de ser “madraza”, decide viajar a la ciudad francesa donde su hija estudia y trabaja, y así pasar con ella unos días de navidad. Se apunta su hermana mayor, y las dos emprenden un viaje en coche de más de mil kilómetros.

Imagen extraïda de Internet

Si la policía abriera el maletero y viera el contenido, probablemente les daría un ataque de risa, o de nostalgia, o quizá diría que dos catetas, a lo Paco Martinez Soria, viajan por las autovías de Francia.

Es la época de la crisis del ladrillo. Miles de jóvenes se expatrian tras terminar sus carreras universitarias. Las ofertas en Europa son tentadoras y allá que se van, con sus maletas cargadas de ilusiones y sueños por cumplir… y de jamón del bueno.


Para Irene son sus primeras navidades fuera de casa, trabajando y estudiando el deseado máster. Como existe Skype, parece que la distancia se acorta y la soledad se llena con la pantalla.

Por fin, tras casi 12 horas de viaje, llegan al destino. Irene las recibe con los brazos abiertos, emocionada, y con el cuchitril (un comedor cocina con una cama y sofá cama, y un mini baño) que tiene por vivienda recién limpio y ordenado. Huele a humedad, a piedra antigua y a comida fría. El árbol de navidad (mini árbol) da un toque singular a esa vivienda forrada de esperanza.

Del maletero suben manjares típicos de la navidad en casa, en España, para celebrar las tres mujeres, con un cava espiritoso, el reencuentro en aquel exilio. Hay un secreto muy bien guardado, que la madre no ha consentido desvelar. Es una nevera portátil, cerrada a cal y canto y transportada con sumo cuidado, que contiene el plato estrella para comer en Navidad. La madre lo guarda en la nevera, por supuesto, tapado y oculto.

Tras una noche de descanso y un paseo matinal por la ciudad, regresan para comer. Se desvela el secreto. Lentamente, como un ceremonial, surge el menú perfectamente guardado en su correspondiente tupper. Primero croquetas, después caldito con fideos y, por último, cocido con pelota y el resto de ingredientes.

Irene dice con los ojos como platos que es el mejor cocido que ha comido en su vida. Pregunta cuáles son los ingredientes y ella misma se responde: amor, compartir y mucha ilusión.


Laura Mata

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