divendres, 25 de desembre del 2020

Bendita Nochebuena

Fotografía de: https://twitter.com/RAEinforma



La luz se reflejaba en el fino cristal de las copas, dando calidez al mantel blanco que cubría la mesa adornada para la ocasión. La organización de los platos y cubiertos, junto con la decoración metálica de los adornos, producía una sencilla serenidad, a veces interrumpida por los brillos de colores que provenían del árbol de Navidad. Todo estaba ya dispuesto, dentro de unos pocos minutos empezarían a llegar los invitados. 

En la habitación esperaba Lola, estaba deseosa de que llegara el momento, aunque con la incertidumbre de saber que era una situación que se podía complicar. Mientras tanto, en la tercera planta estaban disponiendo lo necesario. La potente luz iluminaba todo el material de cristal y vidrio y hacía que brillara todo el instrumental que muy escrupulosamente estaba ordenado en la mesa auxiliar. El blanco de la mesa aportaba sencillez y cuidado. 

El reloj marcaba las ocho de la tarde. Aunque con distintos materiales, pero sí con coincidentes destellos, las dos mesas estaban preparadas. Solo había que esperar a que fueran produciéndose los acontecimientos. Todos estábamos pendientes de todos, en nuestros corazones cabía todo tipo de emociones: la incertidumbre, que a la vez albergaba la esperanza; el temor, que daba paso a la ilusión, y la convicción de que algo mágico había hecho coincidir ambas circunstancias. 

En un momento de la noche, mientras conversábamos, nos sobresaltó el sonido del teléfono. Al otro lado una voz temblorosa, pero contenta, nos dio la gran noticia: el trasplante de nuestra amiga Lola se había podido realizar con éxito. 

Ya aliviados, alzamos nuestras copas y brindamos por la bendita Nochebuena. 


Isabel Romero, 24 de diciembre de 2020






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