Disparé sin pensar si su vida acabaría en ese momento. La justicia parece depender a veces de las emociones, de los sentimientos, tan distintos entre las personas, tan volátiles a veces. No sentí ni siento ningún remordimiento, la situación requería decisión y con decisión actué. Desconozco las consecuencias físicas del disparo, qué gravedad ocasionó, sólo sé que cayó fulminado. Solté el arma, intercambiamos una mirada cómplice y aprobatoria, reíste feliz, te miré feliz y nos alejamos con la chochona entre los brazos.
Hahahaha, que bo! Al principi no enxampava bé això de la Xoxona... :D
ResponEliminaM'encanten eixes històries teues amb uns finals tan sorprenents, que ho canvien tot en una sola paraula.
ResponEliminaJa, ja, ja, sense cap comentari, no fa falta, ja!
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